La fuerza y el impulso de la evolución son imparables. Cada momento evolutivo tiene sus comportamientos con sus efectos correspondientes en cada ser humano y en la sociedad. Instintos, emociones, deseos y mente inconsciente provocan el egocentrismo, crean el sufrimiento propio y participa en el ajeno. Llegado un momento evolutivo, solo entonces, el ser humano se hace consciente, progresivamente, de su sufrimiento, de su Ser interno y se interesa por la meditación como medio para dejar de sufrir y/o posteriormente crecer como alma, son pasos necesarios. Quiere dejar de sufrir y desarrollarse interiormente. Ha sufrido suficiente, busca la paz. A través de la meditación, de cambiar nuestros comportamientos individuales y sociales, y de nuestra capacidad para enfrentar el sufrimiento, podemos seguir evolucionando, creciendo y transformándonos en seres más conscientes, más compasivos, generosos y solidarios, conectados con Nosotros Mismos y con el mundo que nos rodea. La evolución es un proceso continuo, un viaje sin fin que podemos aprovechar conscientemente para la realización de nuestro potencial más elevado. La paz para todos está asegurada en este Camino. ¡Sigamos evolucionando juntos!

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